El versículo más malinterpretado de la Biblia

[Tomado, traducido y adaptado de N. T. Wright, «The Bible’s Most Misunderstood Verse». Disponible en https://time.com/6322429/bibles-most-misunderstood-verse/?fbclid=IwAR348bVJyJtFEkEr1zL9bjT-OP0iUsBuQvvZTzLdn5GcWm-pbOwX2ocAIYM%5D.

Cuando trabajaba como obispo, entrevistando a clérigos para puestos parroquiales, una de las preguntas que a veces hacía era: «Si pudiera llevarse un capítulo de la Biblia a una isla desierta, ¿cuál sería?». Para hacerlo más interesante, solía añadir: «Digamos que ya tienes Romanos 8». De lo contrario, casi todo el mundo lo elegiría; es uno de los grandes resúmenes del mensaje de toda la Biblia, lleno de desafíos y también de consuelo.

Un versículo de Romanos 8 es especialmente conocido, pero normalmente en una traducción engañosa. En el panteón de versículos clásicos que muchos cristianos aprenden en la infancia, no muy lejos de Juan 3:16 («Tanto amó Dios al mundo…») viene Romanos 8:28: «A los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien».

Un texto al que aferrarse, piensan muchos, cuando las cosas van mal. Una especie de versión espiritual de «No hay mal que por bien no venga», o «Experiencia es lo que obtienes cuando no consigues lo que quieres». Es posible que los amigos cristianos se recuerden mutuamente el versículo como una forma de ofrecer consuelo, consolación y seguridad de que al final todo saldrá bien.

Pero eso no es lo que escribió San Pablo.

La versión Reina Valera, que acabo de citar y que todos hemos aprendido, hace que suene como si «todo», todos los acontecimientos del mundo, tuvieran una especie de dinámica interna que garantizara un desenlace feliz. Pero si se conoce el funcionamiento de la mente de Pablo, resulta muy extraño hablar de que «todas las cosas» funcionan por sí mismas de ese modo. Esa idea pertenece al mundo del estoicismo antiguo, no a la forma de pensar muy judía de Pablo.

El verbo que utilizó Pablo no significa «ayuda para/a», como en la versión Reina Valera. Significa «ayuda con». (La Nueva Biblia Española (1975) [ y la RSV en Inglés] lo entendió bien, pero cambió otras partes del versículo, y la idea no se captó). 

«Sabemos también que, con los que aman a Dios, con los que él ha llamado siguiendo su propósito, él coopera en todo para su bien». – Romanos 8:28 – NBE (1975)

Pablo estaba diciendo dos cosas que la version Reina Valera no entendio.
En primer lugar, decía que es Dios quien hace «que todas las cosas cooperen para el bien», no que «todas las cosas» lo hicieran por sí solas. En segundo lugar, explicaba cómo lo hace Dios. Concretamente, lo hace en colaboración con determinadas personas. Recluta a seres humanos para que participen en sus propósitos en el mundo.

Esta idea produce escalofríos a algunos teólogos. A menudo se nos ha advertido contra la idea de que los seres humanos puedan cooperar en la obra de la salvación. Pero esta parte de Romanos 8 no se centra en la salvación. La salvación, sin duda, sigue siendo el horizonte último, pero este pasaje en particular trata de la vocación. Trata de cómo pagamos la deuda de gratitud que tenemos con Dios (versículo 12). Los que han sido alcanzados por el Evangelio de Jesús, aquellos en cuyos corazones ha actuado el Espíritu Santo, tienen ahora un papel específico, una tarea, dentro de los propósitos permanentes de Dios.

Esto tiene mucho sentido dentro de los patrones de pensamiento bíblicos más amplios. En el Génesis, al que Pablo se refiere con frecuencia en Romanos, los seres humanos fueron creados para trabajar como colaboradores de Dios en su proyecto de creación. Eran, concretamente, «portadores de imagen»: Los agentes de Dios para reflejar sus sabios propósitos en el mundo, y reflejar las alabanzas y oraciones del mundo de vuelta a Dios.

Ahora, en Romanos 8, Pablo explica cómo funciona esto en la práctica. Dios sabe que la creación actual «gime unida», como una mujer de parto. Estos dolores de parto son el nacimiento de la nueva creación de Dios. Y las personas que han sido alcanzadas por el Evangelio, las personas que son guiadas por el Espíritu, están llamadas a compartir ese «gemido», en oraciones de lamento. (Las escrituras hebreas, como bien sabía Pablo, ofrecen abundante orientación sobre cómo hacer ese tipo de oración).

Cuando se produce ese lamento guiado por el Espíritu, como explica Pablo en los versículos 26 y 27, Dios mismo, que escruta los corazones, escuchará ese gemido desde los lugares oscuros del dolor de la creación. Y los que oran así, incluso cuando -¡precisamente cuando!- ni siquiera saben por qué orar, serán así formados, moldeados, según el modelo de Jesús, el modelo de la cruz, compartiendo el dolor del mundo para que el mundo pueda ser redimido. Pablo dice exactamente eso en el versículo 29. Y así estarán cooperando, no ya en la obra de su propia salvación, sino en los propósitos más amplios de Dios para su maltratada y sangrante creación.

Así que lo que podríamos haber conocido en la escuela dominical como un proverbio aparentemente reconfortante sobre cómo todo va a salir bien de alguna manera, es en realidad una afirmación desafiante -pero también reconfortante- sobre la vocación cristiana. En el mismo momento en que estamos atrapados en el gemido indecible de toda la creación, el Espíritu está trabajando en nuestros corazones para ponernos en sintonía con los propósitos amorosos y sanadores de Dios. Dios hizo a los seres humanos para que participaran en su obra. Hemos de ser personas de oración en los lugares donde el mundo sufre. Y en la actualidad, este tipo de lamento es lo que parece la oración. Cuando aceptamos esa llamada, nos vemos envueltos en el amor de Dios; y Dios hace que todas las cosas cooperen para el bien con los que le aman.

Por eso, en la nueva edición del New Testament for Everyone, he traducido Romanos 8:28 de esta manera: «Sabemos, en efecto, que Dios hace que todas las cosas cooperen para el bien con los que le aman, los que son llamados según su propósito». En parte también por eso escribí un libro entero, Into the Heart of Romans sobre ese único capítulo de la Biblia.

Así que, maestros, predicadores y líderes de la escuela dominical, por favor, sigan haciendo que los jóvenes aprendan Romanos 8:28. Pero, por favor, háganlo bien. Necesitamos una nueva generación de personas preparadas para colaborar con el Dios de la creación y de la nueva creación. Necesitamos personas que aprendan el arte, y la lucha, de la oración. Especialmente la oración del lamento perplejo. Sobre todo en un momento como éste.

2 comentarios en “El versículo más malinterpretado de la Biblia

  1. Es raro que tanto bla, nbla, reina valera( inclusive rva 2015) y casi todas las versiones no lo traduzcan de esa forma. En todas esas versiones hay muchísimos profesionales que entienden que ese no es el significado correcto, creo que NT Wright va a tener que profundizar más.

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    1. Tu observación justifica el título del artículo. Desde la perspectiva de Wright, el versículo ha sido ampliamente mal traducido. Un buen lugar para ver a mayor profundidad la postura de Wright es su más reciente libro «Into the Heart of Romans». No obstante, Wright no es el único que tiene esta perspectiva. C. K. Barret también la considera una opción válida.

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