
[Tomado, adaptado y traducido de Michael Kibbe, From Topic to Thesis: A Guide to Theological Research (Downers Grove: InterVarsity, 2016).]
Errores comunes con el uso de fuentes
Usar fuentes no académicas como comentarios devocionales, artículos de opinión y blogs. Estas fuentes pueden ser útiles para estimular tu propia reflexión sobre un texto o tema… ¡No digo que no debas leerlas! Pero un artículo de investigación es una incursión en una conversación académica, por lo que tus compañeros de conversación deben ser fuentes académicas. Concretamente, esto significa que no debes citarlos en tu trabajo o incluirlos en tu bibliografía, a menos que tu proyecto específico requiera este tipo de fuentes.
Citar la Internet. Rara vez es una buena idea citar una fuente en línea, a menos que tu tema de investigación lo exija específicamente. Usar un artículo de una base de datos en línea como ATLA es diferente porque estás citando una fuente impresa específica que resulta existir en un sitio web, no el sitio web en sí. También puedes utilizar bases de datos de texto completo como books.google.com o kindle.com por la misma razón: estos sitios contienen la fuente impresa en forma digital y no son fuentes en sí mismas (como lo sería una entrada de blog que afirma citar tu fuente). Debes evitar las fuentes online por estas razones: (1) las fuentes en línea casi nunca son arbitradas, (2) las fuentes en línea a menudo citan erróneamente sus fuentes, si es que citan fuentes del todo, (3) los enlaces de Internet cambian con frecuencia, por lo que puede ser difícil para tu profesor o calificador verificar la exactitud de tu interacción con las fuentes en línea, y (4) el formato adecuado de las referencias de las fuentes de Internet en tus notas al pie de página y en la bibliografía es mucho más difícil y complicado que el de las fuentes impresas, por lo que sólo estás haciendo más trabajo. Como en el primer punto, recomiendo encarecidamente que sólo cites las fuentes en línea si tu proyecto lo requiere específicamente.
Usar sólo las fuentes con las que esté de acuerdo. Esto es mostrarle a tu profesor que o bien (1) hiciste muy poca investigación y sólo citaste a los que ya habías leído al comenzar tu proyecto, o (2) tu tesis es débil e intencionalmente ignoraste la evidencia que no la apoya. Presentar e interactuar con la evidencia en contra de tu tesis es una parte crítica de un trabajo de investigación.
Usar solo un tipo de fuente. Los comentarios tienen un papel particular en la conversación académica, al igual que los artículos de revistas académicas, disertaciones, ensayos, monografías y artículos de diccionario. El uso de sólo uno o dos de ellos restringirá el alcance de tu investigación, mientras que el uso de todos ellos ampliará tu perspectiva y fortalecerá tu investigación. En cualquier tema o porción de tu trabajo puede ser necesario interactuar más con un tipo de fuente que con otro, pero en general debe incluir algún diálogo con todas ellas.
Considerar sólo una subdisciplina. Algunas de tus fuentes harán hincapié en cuestiones literarias, otras se centrarán en los aspectos históricos del tema, otras destacarán los conocimientos geográficos y otras se interesarán por el fin teológico de las cosas. Tu investigación debe incluir todas las subdisciplinas relevantes. Puedes presentar una tesis que trate específicamente sólo una de ellas («las cuestiones geográficas relacionadas con la conquista de Jericó tienen un impacto X en la interpretación de esa narrativa…»). Incluso en este caso, una subdisciplina no puede ser aislada de las otras. Las cuestiones históricas y literarias influirán en la forma en que se debe considerar la geografía y viceversa.
Errores comunes en la interacción
Los errores discutidos en este parte pueden parecer errores de escritura más que de investigación. Son, en efecto, errores que aparecerán en tu escrito, pero lo harán debido a deficiencias en tu investigación. Necesitas ser consciente de ellos ahora para poder evitarlos más tarde.
Demasiadas citas. Este es tu trabajo, no una colección de citas de otros. Si puedes decirlo con tus propias palabras, hazlo (aún necesitas una nota al pie o una nota en el texto para mostrar cuál es tu fuente). Si no puedes decirlo con tus propias palabras, estúdialo hasta que puedas. Nunca cites una fuente secundaria cuando puedes parafrasearla. Sólo debes citar cuando valoras cómo un erudito dice algo; si sólo el contenido en sí mismo es valioso, parafrasea.
Citar en exceso causará problemas de dos maneras. Primero, te llevará a creer que algo es verdad simplemente porque cierto erudito prominente dice que es verdad. El valor de una fuente secundaria está en su interacción con la fuente primaria, no en el estatus de su autor. En segundo lugar, llevará a tu profesor a creer que no pensaste realmente en los temas en cuestión. Simplemente recogiste algunas opiniones y las pusiste en forma de párrafo. ¡Esa no es la impresión que quieres dejar!
Depender demasiado de las fuentes terciarias y secundarias. Si esto te suena familiar, ¡has estado prestando atención! La investigación es sobre las fuentes primarias. Recuerda que tus fuentes no son menos susceptibles a esto que tú. Recientemente hablé con una amiga que trabaja en su tesis doctoral y que escribió un capítulo dependiendo del trabajo de un volumen más antiguo que, como algunos volúmenes, se ha convertido en una especie de leyenda urbana – todos lo citaron, pero nadie lo leyó realmente. Cuando ella volvió a leer este volumen más antiguo, descubrió que los estudios más recientes que supuestamente dependían de este volumen claramente no lo habían leído.
No entender las fuentes. No quieres recibir tu trabajo con una nota del profesor que diga «No creo que hayas entendido esta fuente». ¡Esto es especialmente importante cuando se hace referencia a algo que el profesor escribió!
DIEZ COSAS QUE NUNCA DEBES HACER EN UN TRABAJO DE INVESTIGACIÓN TEOLÓGICA
- Insinuar que tu trabajo de investigación es pionero en el campo. No lo es. Te lo prometo.
- Utilizar términos que son objeto de un debate importante en tu campo de manera que parezca que no sabes que son objeto de un debate importante en tu campo. En mi propuesta de tesis doctoral (una breve descripción presentada al comité de doctorado en el primer año de estudios), cometí el error de usar la palabra «canónico» para describir el método elegido para la investigación. ¿Mencione los recientes debates sobre la naturaleza y los pros y los contras de las lecturas canónicas de la Escritura? No. ¿Dos eruditos que habían hecho contribuciones importantes a esos debates me arrastraron por las brasas en la defensa de mi propuesta? Sí, y me merecía cada momento de ello.
- Atacar personalmente a los eruditos con los que no estás de acuerdo. Nunca, nunca hagas un ataque personal en tu trabajo de investigación. Es grosero, es innecesario y le pide a tu lector, que en este caso está calificando tu trabajo, que asuma que no podrías llegar a una verdadera refutación del argumento, por lo que recurriste a los golpes bajos. Un ejemplo que veo frecuentemente en contextos evangélicos: denunciar la doctrina de las Escrituras de un erudito. Simplemente no es el caso que porque el erudito X cree en la evolución teísta, él o ella tiene una «doctrina deficiente de la Escritura». Tampoco es el caso que porque los eruditos Y y Z rechazan una versión particular de la hipótesis documentaria, son ignorantes fundamentalistas que necesitan ser expuestos al mundo real. Este tipo de afirmaciones no tienen cabida en absoluto en un documento de investigación teológica (ni tampoco en conversaciones nocturnas en los dormitorios).
- Hablar de cómo te «sientes» sobre ciertos temas o puntos de vista. No es que a tu profesor no le importen tus sentimientos. Es que son irrelevantes para determinar las fortalezas y debilidades de tu investigación.
- Cometer falacias lógicas. Deberías tener una lista de éstas (con explicaciones: aquí una buena lista) en tu escritorio en todo momento. Cada vez que hagas un argumento, revisa la lista para asegurarte de que ninguno de ellas se aplica. Mejor aún, toma un curso introductorio de lógica en el departamento de filosofía de tu institución.
- Tergiversar puntos de vista o argumentos académicos. Nada enloquecerá más a tus profesores que mostrarles que no leiste tus fuentes cuidadosamente.
- Poner adjetivos los eruditos con los que no estás de acuerdo. Wright puede ser «convincente» mientras que Bultmann es «liberal»; el relato de Webster puede ser «robusto» mientras que el de Frame es «reduccionista». El problema con estas palabras es doble. Primero, no son argumentos en sí mismos. Son comparaciones, no dicen nada más que la posición de un académico con respecto a tu posición, y a menos que se dé por sentado que tu posición es la correcta, tales descripciones son inútiles y distraen de la presencia o ausencia del verdadero argumento en tu documento. En segundo lugar, hacen un juicio de valor que no ha sido corroborado. ¿Es malo ser «liberal»? ¿Es ser «robusto» bueno? Siempre debes definir tus términos técnicos, pero estos son términos que no tienes tiempo de definir, por lo que te ahorrarás muchos problemas si no los utilizas en primer lugar.
- Olvidar declarar cuál es tu tesis. Tu trabajo tiene un único punto central. Deja bien claro a tu lector cuál es ese punto. Hazlo pronto, y hazlo a menudo.
- Ignorar la guía de estilo requerida por tu profesor. Al principio de tu carrera de investigación teológica, formatear las notas a pie de página y las bibliografías se sentirá como un trabajo arbitrario, incluso con un software de bibliografía para facilitar el proceso. ¿Por qué molestarse con todo eso? En resumen: necesitas conocer a tu público. Un trabajo de investigación es un acto comunicativo dirigido a aquellos que han pasado años mirando la literatura académica hasta el punto de que un signo de puntuación mal colocado en una cita sobresale como un pulgar adolorido y el nombre de un editor mal escrito es como rayar una pizzara con clavos. Así que formatea tus citas correctamente por la misma razón que usas la misma tipografía en todo tu trabajo: para evitar que los detalles relativamente sin sentido sean una distracción de lo que es importante (tu tesis). ¿Qué quieres que tus lectores recuerden? ¿Tu incapacidad para seguir instrucciones simples, o tu tesis?
- Plagiar. Si no estás seguro de dónde está la línea, pregunta. Muéstrale a tu profesor tu fuente y tu trabajo, y pregunta. Si obtuviste una idea de una fuente, anótala a pie de página. Si obtuviste palabras de una fuente, pon comillas alrededor de esas palabras y anótalo al pie de la página. ¡No hay que avergonzarse de las notas a pie de página!